Ansiedad
La sociedad actual exige productividad, responsabilidad, individualismo, vida social, consumo, etc. Además, nosotros mismos llevamos nuestra propia mochila personal, a veces muy pesada, llena de experiencias, pérdidas, recuerdos, fantasmas, heridas, momentos vitales, etc. Y en medio de esa exigencia estamos nosotros. Surge la ansiedad.
Descubrirlo o que los demás te lo digan ya te hace pensar en un grupo de síntomas populares, pero quizá hay muchos que no conoces. La ansiedad se manifiesta en nuestros tres sistemas de respuesta al mundo: lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos.
- Nuestros pensamientos ansiosos son catastrofistas y temerosos, hay mucha preocupación.
- A nivel emocional sentimos miedo, con la característica peculiar de que no hace falta que suceda algo realmente, es miedo sin objeto.
- A nivel fisiológico nuestro cuerpo manifiesta muchos síntomas que a veces pueden hacernos pensar que estamos enfermos: taquicardia, sudor, mareos, presión en el pecho, llanto, etc. Pero también dolor de cabeza, de estómago o tensión muscular. Cuando muchos de esos síntomas aparecen juntos e intensos hablamos de ataques de ansiedad o de pánico.
- A nivel conductual, la ansiedad puede bloquearnos e impedirnos responder a las demandas del día a día, pero también puede hacernos entrar en un círculo donde tratamos de evitar lo que nos produce ansiedad y miedo, evitando afrontar las situaciones, lo que mantiene la ansiedad, pues el miedo sólo se resuelve afrontándolo.
La ansiedad necesita ser escuchada y afrontada, pero es difícil hacerlo solos cuando sentimos que no somos capaces de enfrentar las situaciones y que éstas son terribles, amenazantes o incontrolables.
Hay muchos cuadros diferentes en la forma en que puede darse la ansiedad en nosotros: fobias a objetos o situaciones, exceso de preocupación, pensamientos intrusivos, obsesiones y rituales, ataques de ansiedad y pánico, etc.
La terapia puede ayudarte a descubrir de dónde viene esa ansiedad, a hacerle frente con herramientas y estrategias útiles y poder recuperar el bienestar psicológico y físico.
Estrés
En un mundo que siempre tiene prisa y exige productividad, es muy normal pasar periodos de estrés; pero, ¿qué es exactamente?
El estrés es una respuesta de nuestro organismo cuando sentimos que las demandas del exterior son mayores que nuestros recursos para afrontarlas, no importa si es verdad o no, si lo vemos así, nuestro organismo se preparará para afrontar eso para lo que cree no tener estrategias suficientes: una tarea de trabajo en poco tiempo, las tareas del día a día cuando se acumulan, un conflicto en una relación que nos resulta difícil porque en cualquier caso vamos a perder algo, etc.
El estrés hace que segregues cortisol para activarte y responder a la demanda, pero cuando se prolonga en el tiempo, esa sustancia puede ser dañina para tu cuerpo y manifestarse en una serie de síntomas: cansancio, insomnio, dolor de cabeza, dolores musculares, molestias digestivas, etc. Se parece a la ansiedad, pero es más situacional, está asociado a algo concreto, la ansiedad no necesita objeto para ponerse en marcha, basta con la sensación de que algo malo puede pasar.
Si estás pasando por un momento difícil y crees que sufres estrés, podemos ayudarte, tanto con la sensación de estar sobrepasada como con el aprendizaje de nuevas estrategias que te hagan percibirte como más capaz de afrontar lo que sea que la vida pueda demandarte.