¿Sientes que ya no puedes más?
¿Cuántas veces te has repetido esto mismo?
Déjame decirte que, a día de hoy, sentir esto se ha convertido en algo común. La presión con la que vivimos a diario, junto las situaciones dolorosas que en ocasiones nos toca afrontar, nos hace sentir desbordados.
Sé que estás sufriendo. Y también sé que otras muchas ocasiones de tu vida has logrado sobreponerte.
Estar aquí leyendo esto, sentirse vulnerable, abatido, o incluso alejado de la realidad no te hace más débil, si no más humano.
El primer paso siempre es reconocer que has llegado al límite, el segundo paso es pedir ayuda psicológicapara volver a estar bien, para volver a sentir que puedes con todo.
¿Qué significa “no puedo más”?
Esta frase, y las sensaciones desagradables que conlleva, puede surgir de diferentes contextos. A veces es una situación delicada, como por ejemplo una semana agotadora en el trabajo, una serie de problemas personales, o una acumulación de pequeñas frustraciones que se sienten como una montaña. Otras es nuestro pasado lo que no nos deja avanzar. La vida puede ser abrumadora, y a veces, la carga parece demasiado pesada para llevar.
“No puedo más” es un grito de auxilio, señal de que necesitamos parar.
Es importante reconocer los signos de que estamos llegando a nuestro límite.
A continuación, te dejamos varias señales a las que deberías atender si estás pasando por un momento difícil. Si te sientes identificado, no lo dejes más. Estamos aquí para ayudarte.
- Irritabilidad: Notar que te frustras con facilidad o que te sientes más sensible de lo habitual puede ser un indicativo de que estás sobrecargado.
- Fatiga constante: Sentirse cansado, incluso después de dormir o descansar, puede ser una señal de que necesitas un respiro.
- Cambios en el sueño: Ya sea por dormir demasiado o tener insomnio, los problemas de sueño suelen ser una señal clara de estrés.
- Dificultad para concentrarse: Si te cuesta mantener la atención en tareas que antes te resultaban fáciles.
- Aislamiento social: Si en ocasiones sientes la necesidad de alejarte de amigos y familiares, puede ser un signo de que necesitas cuidar tu bienestar emocional.
- Problemas físicos: tensión muscular, dolores de cabeza o problemas digestivos pueden manifestarse cuando estamos en etapas complicadas.
- Pérdida de interés o motivación: Dejar de disfrutar actividades sociales, hobbies, o incluso cosas cotidianas que solían ser agradables.
Recuerda que es importante escuchar no solo tu cuerpo, si no también nuestra mente. Si sientes que estás llegando a tu límite, no dudes en buscar apoyo o tomarte un tiempo para ti.
¿Qué hacer cuando sientes que ya no puedes más?
Aquí te dejamos algunas ideas que pueden ayudarte.
Tómate un descanso: A veces, lo único que necesitamos es un poco de tiempo para nosotros mismos. Si es posible, date un tiempo para desconectar de aquello que te esté generando estrés. Esto puede incluir tomarse un día libre del trabajo, hacer pausas entre todas las responsabilidades del día a día, o simplemente dedicar tiempo a actividades que te relajen. Poder pasar un fin de semana en casa, o unas vacaciones que ayuden a desconectar, pueden hacer maravillas y ayudarnos a cambiar de perspectiva.
Habla con alguien: Compartir tus sentimientos con un amigo, familiar o un profesional puede aliviar la carga emocional. No tienes que enfrentar esto solo. A veces, simplemente expresar lo que sientes puede ser un gran alivio.
Establece límites: Aprende a decir “no”. No puedes hacerlo todo, y está bien priorizar tu bienestar.
Establece pequeñas metas: Si te sientes abrumado por tareas grandes, intenta dividirlas en pasos más pequeños y manejables. Concéntrate en completar una cosa a la vez.
Practica la autocompasión: Reconoce que está bien sentirse abrumado, que es normal, y que no tienes que ser perfecto. Sé amable contigo mismo y permítete sentir lo que sientes sin juzgarte.
Busca actividades que te relajen: Ya sea leer, meditar, hacer ejercicio o simplemente dar un paseo, encontrar algo que te haga sentir bien puede ser un gran alivio. Por ejemplo, hacer ejercicio: La actividad física puede ayudar a liberar endorfinas, mejorar tu estado de ánimo y reducir el estrés. No tiene que ser un entrenamiento intenso; incluso una caminata corta puede ser beneficiosa. Además, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), realizar actividad física puede tener otros muchos beneficios, aquí te dejamos alguno más: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity
Practica técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda o el yoga pueden ayudarte a calmar tu mente y reducir la ansiedad.
Cuida tu salud física: Intenta dormir lo suficiente, creando una rutina para ello. Comer bien y sentirse hidratado. Tu bienestar físico está estrechamente relacionado con tu bienestar emocional.
Busca ayuda profesional: Si los sentimientos de agobio persisten, considera hablar con un terapeuta profesional de la salud. Ellos pueden ofrecerte herramientas y estrategias para afrontar lo que estás sintiendo.
Si te has sentido identificado con todo esto, por favor pide ayuda. En Océane Psicólogos podemos ayudarte, contacta con nosotros.